10 de noviembre de 2011

separación número tres

Me habría gustado despedirme de él en condiciones. Como esas madres de pueblo que lloran desconsoladamente la partida de sus hijos a la ciudad en busca de prosperidad y formación. Un llanto de añoranza y orgullo, acompañado de cientos de tuppers con los más suculentos platos caseros, cajas cargadas de edredones y cojines, y unos cuantos billetes para imprevistos o emergencias.
Me habría gustado derramar unas lágrimas de desconsuelo mientras se daba la vuelta y subía los tres peldaños que separaban nuestra vida en común de un futuro incierto. Habría querido tener tiempo de llenarle cientos de cajas de besos variados, y dibujarle unos cuantos abrazos en un libro de recetas, pero el tiempo y la urgencia sólo me alcanzaron para meterle algunos en los bolsillos del abrigo y pintarrajear otros pocos sobre sus mejillas. Habría deseado tener dinero para comprarle al menos un billete de vuelta, en caso de emergencia, por si nuestro amor se quebrantaba hasta el punto que sólo un abrazo de elefante pudiera volver a sellar los días azules. Pero todo ocurrió tan súbitamente, que una espiral de impaciencia se instaló en lo más profundo de mi garganta y mis deseos no alcanzaron a escapar de las palabras. Mi mueca se torció levemente, y ya no fui capaz de desfruncir mis labios, ni tan siquiera un sorbo del café más amargo del bar de la estación consiguió hacerme entrar en consciencia. 
Él habría de pensar en mi venganza por su abandono esporádico e intempestivo, una silenciosa agresión sentimental por romper el vínculo que nos unía a menos de tres kilómetros de distancia.
Pero lo cierto es que no hubo nada más allá que tristeza en mi gesto impasible, amor incondicional en mi seriedad, eterna espera en mi mirada.
Y aunque aún yo no lo supiera, pronto esos tres kilómetros transformados en peldaños tardarían más de tres años en volvernos a reunir.



1 comentario:

La chicamutante dijo...

Jo,jo,jo y más jo!
Las estaciones de tren y aeropuertos siempre provocando desgarros emocionales. JO :(

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