derramando la entereza en una espiral de incongruencias. se me desbaratan las cuentas si pienso en contarte, en contarte todo este tiempo sin ti. de rato a rato pienso que ahora me he vuelto de acero inoxidable, que ni miles de lágrimas conseguirían destrozar mi capacidad de regeneración, pero al poco me vuelvo de papel celofán, tan frágil y volátil que me asusta el viento si no es dentro de un avión, volando rumbo a mi resignación, tapada con cien mantas de algodón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario