6 de octubre de 2010

cualquier huequito

En unos días. Quizá tarde semanas. Pero es algo certero.
Mis ideas se van a recomponer en soldaditos de plomo cargados hasta las cejas de pólvora impredecible.
Aún y todo, a mi sólo me queda quedarme quietecita. Esperando que se paseen, hagan unas piruetas, y se vuelvan por donde vinieron. Por el conducto de mi impaciencia. Por el escape de mi conciencia. Por las heridas de mi inseguridad, por todos aquellos recovecos que mi cambiante personalidad a veces deja abiertos y, como destino justo, me exponen a los peligros que la raza humana atrae con su existencia.

No hay comentarios:

all rights reserved