30 de agosto de 2010

sólo una cifra

Escuece como el agua salada al contacto con las yagas.
Pica como los mosquitos más dañinos de las noches de verano.
Pesa como estos años que voy echándome a la espalda.
Intriga, apena, irrita.
Duele.
Me desborda, me supera, me saca de mis casillas.
A veces tranquiliza, a veces altera.
Y otras veces, solo unas pocas, me hace llorar.
Es la distancia, y con ella sus 8735 kilómetros sin ti.

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