25 de febrero de 2010

Quiero creerte cuando gritas que eres alguien, y que tienes sentimientos. Quiero desmentirme a la cara cuando me descubro pensando que podré cambiar, que podré cambiarlo, porque sé que la gente no cambia y me empeño en omitir ese dato. Quiero materializarme en un pequeño guión de cine en el que los apartes me expliquen que no debo empeñarme en buscar un rumbo a todo. Quiero olvidar todo lo que he aprendido en una sola noche, o en un solo minuto, y vivir en la inopia. Quiero acordarme de todo por la mañana y desafiar a la gravedad con cereales como única arma. Quiero dibujar el cúmulo de lo que eres para entenderte un poco más, y conseguir así sintetizarme a mí misma. Quiero saber cuáles son mis circunstancias para llegar a quién soy yo. Quiero compartir mis síntomas psicosomáticos. Quiero protagonizar el momento más romántico de la historia aunque luego me jacte del romanticismo. Quiero que un contestador automático me recuerde lo genial que será ese día cada mañana. Quiero que te pronuncies sobre algo. Quiero opiniones y mi silencio. Pero sobre todo, quiero dejar de creer que empleo el verbo “querer” demasiado a la ligera.

2 comentarios:

Negro* dijo...

Tambien pienso con total plenitud que cada uno es como es, y es imposible cambiarlo.

Los defectos de las personas que tenemos cercanas, no tenemos que soportarlos, sino gustarnos :)

Jojo dijo...
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