vaya, pienso

Pienso, sí, pienso que echo de menos salir a cazar sonrisas con la princesa del helado de cerezas. Cazar sonrisas y miradas indiscretas de vez en cuando. Pienso que echo de más ese pic-nic que nunca llegamos a hacer, con cestas, manteles de cuadros, y un tal Antonio con sombrero campechano.
Pienso en que mi egocentrismo aumenta por momentos, con la edad, y que al llegar a la veintena explotará en una bacanal de desprestigio.
Pienso que este año han llegado a mí más cosas de las que me merecía. Y también pienso que el karma me ha quitado demasiadas.
Pienso que últimamente los perdones se me atragantan en la traquea, y el tiempo se me echa encima.
Pienso que es gracioso sentir una vez sí, otra vez no. Una sí, otra no. Y reírme de ello es la mejor opción. Pienso que me gusta que te rías, mucho (que me gusta mucho que te rías mucho).
Pienso que me he vuelto una alcohólica drogadicta, pero en ésto me equivoco. No me he vuelto, siempre lo he sido, pero sólo soy alcohólica, ya que en tema de drogas no paso de los corticoides.
Pienso que hace mucho que no corro coléricamente, ni bailo tangos, ni vals. Hace mucho que no nado desnuda. Hace demasiado que no hago el pino.
Pienso en todos los países que tengo que visitar, y en lo pronto que tengo que empezar para recorrerlos todos de cabo a rabo y hacer las crónicas de una psicótica en el mundo. Pienso en los idiomas, y que para media lengua que me queda me va a costar un poco más aprender algunos.
Pienso en lo mucho que hace que no me pongo vestido, ni sandalias. Pienso que sólo me he pintado dos veces los labios de rojo, pues no querría que nadie me odiara por no ser afortunada. Pienso en las camisas de cuadros, en lo mucho que me gustan, y pienso que me estoy volviendo una freak cibernética, como a grandes rasgos se puede observar.
Pienso que mi nombre es muy castellano, Rosalía, y que nunca nadie creería que soy francesa, ni japonesa, aunque esto último creo que es más bien por rasgos físicos.
Pienso en el tiempo que hace que no patino, y en aquella vez que monté en bici con patines. Miro mi nariz, y pienso cómo ha podido sobrevivir a dos roturas. Miro mis manos, agrietadas , y mis uñas, carcomidas, y pienso en lo poco que me cuido. Miro mis pies y pienso en lo feos que son. Y me acuerdo de los de esa bonita amiga ,ahora catalana, y de que podría ser modelo de pies. Ahora pienso en lo mucho que me gustan los calcetines , y entiendo el por qué. Pienso que los flequillos son el mejor invento de la historia. Bueno, los flequillos y las fotografías.
Pienso en Enero, en Febrero, y en Marzo, y pienso en hace unos cuantos Marzos, cuando cantaba "sabor de amor" con quince años, calle Correos arriba y abajo. Pienso en cómo miraba a los universitarios, con esos grandes libros dignos de ser tomos de la Enciclopedia Espasa, y me preguntaba cómo una mente humana era capaz de asimilar tanta información. Ahora entiendo que todo es un engaño, y que los universitarios no estudian tanto como parece, sino que tienen jueves de festejos y regias bandoleras en sustitución de las mochilas.
Pienso en el paso del tiempo, y en que no existe más que el presente.
Pienso en los prejuicios, y por más tiempo que pase sigo sin entenderlos.
Y, definitivamente pienso que no debería estar escribiendo ésto, aquí, ni ahora, porque

1. no encaja con la línea argumental de este foro de discusión interna*

2.a nadie le interesa un carajo lo que yo piense, ni tan siquiera si pienso o todo esto lo copié de la Carta a los Reyes Magos del vecino.

*foro de discusión interna: dícese de mis pensamientos en constante y perpetuo debate, conflicto o colisión.