16 de octubre de 2010

hay un día para todo


su mundo color mostaza de tés y pijamas de lunares era conocido por todo el vecindario. hubiera sido más multitudinario si sus vecinos no se compusieran de tres iguanas y la anciana de la casa de madera del final de la calle. pero la chica sueño no se preocupaba por esas cosas, sólo por su té caliente y las costuras de sus calcetines. no hubiera salido de su ensueño de no haber sido por ese día. el día del abrigo y las botas de montaña. el día en que el chico realidad entró en su vida, y le invitó a un café con leche fría. desde ese día, la chica sueño pensó en que quizás debería abrirse de vez en cuando al realismo de la cotidianidad y vestirse de manera decente. ese mismo día, el chico realidad pensó que quizá debería dejarse envolver por el ensueño de la utopía, y dejar sus corbatas para otro día más apropiado.


1 comentario:

Clementine dijo...

Que historia más bonita. Soy un poco como la chica sueño, me encanta el té y tomarlo en pijama.

:)

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