un camino sin principio ni final

parto de la base de un modo atípico, utópico, teórico y psicológico. nada que ver con los estados de la humanidad. nada que ver con la lógica de la mediocridad. nada que ver con la coordinación pasiva de las mentes simples. es aún peor. es la lógica de los impulsos sin razón. abandonando lo entendible más allá de la racionalidad.

Dicen que cuando algo se tuerce dentro , se vuelve a los principios. Dicen que todos tenemos ese pequeño lugar donde nos sentimos protegidos de lo que el resto del Mundo puede causar en nosotros. Nos protegemos de la lucha, del odio. Nos protegemos de la dependencia, y sobre todo, nos protegemos del amor.

Yo vuelvo a casa. Vuelvo a mi casa interna, vuelvo a mi Karma,a Ferreiro, a las fotos sin sentido, a la soledad inapelable. Y escribo desde aquí, desde este recóndito lugar de aislamiento que nunca revelaré ni al mejor postor, para darme cuenta que este ha dejado de ser un lugar seguro. "pienso en frío" los "días azules" y sólo alcanzo a articular "mi furia paranoica". Aprendiendo a gritar en silencio "toda la verdad" para ocultar mi "extrema pobreza" al resto del Universo, he de decir que he tocado fondo, o techo, y mis venas condensan sangre repleta de irascibilidad. Siempre fui así, siempre camuflé algo de rencor en mi mirada por las cosas que quedaron atrás y la melancolía no supo cubrir con su dolor. Yo, nadando rumbo a mí, arduo camino en el que cualquier compañía parece aguar toda esperanza de victoria. La difícil tarea de soportarme corre de mi cuenta, y de nadie más.