No volveré a pedirte que te quedes. Ni siquiera volveré a pedirte que vengas. No volveré a desayunar café y tostadas en una mesa verde en la terraza de ese ático. No volveré a quererte con la mirada, no dejaré que vuelvas a hacerlo. No volveré a no volver a hacer todas aquellas cosas que no estoy seguro de haber hecho alguna vez. Pero tampoco volveré a planear qué es lo que volveré y lo que no volveré a hacer , decir, o escribir,
no hasta que me encuentre a mi mismo (aunque querer sea encontrarse)
Y aún así , la gravedad cierra mis pestañas cuando estás unos kilómetros a la deriva. Deberías asustarte, el amor está sobrevalorado.
1 comentario:
lo está.
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