cuando de improviso salió de su chistera, supo que ya nunca más la necesitaría para que la magia invadiera su inseguridad y la llevara a la genialidad. supo que bastaban ganas y optimismo para hacer aparecer las sonrisas, y decidió no volver a trazar una línea sobrepasable por los nervios, pues no había línea que ella quisiera sobrepasar más allá de las fronteras de sus limitaciones, y no había nervios posibles que no fueran calmados con una taza de té y unos abrazos de los de antes, de los de antes de su egocentrismo.
1 comentario:
Edipo contra electra. nos vemos donde siempre a la misma hora
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