Es curioso observar el modo en que cada uno se convierte en el protagonista de la propia historia de su vida. Y es curioso la de personajes secundarios que aparecen, y figurantes, que a su vez tienen una propia historia, un propio protagonismo personal. Es fascinante la de puntos de vista, perspectivas, pensamientos y posturas contrapuestas que encontramos.
Él o ella hacen montañas de granitos de arena, de algo que a mi, ni me va ni me viene. Él o ella lloran por sus preocupaciones y se agobian, sufren, les duele perderse, y a mi, ni me va ni me viene.
Al fin y al cabo es su guión, ¿no? poco tengo yo que hacer, poco debe preocuparme a mi.
Pero yo hago montañas de pequeñas moléculas de preocupación. Yo lloro una vez al día, o a la semana, y me miro en el espejo intentando hablar con mi personaje, algo que, a él, o a ella, ni le va ni le viene.
Porque están en otra órbita, en la otra punta del Mundo sin saber siquiera que existo, ni que escribo sobre ellos en un idioma que probablemente no llegarían a entender.
Y, sobre todo, porque visto así, poco importa más que la estricta felicidad, y los inconvenientes, son los que le dan perspicacia a este insulso guión de pocamonta.
Egoísmo en sentido estricto, que esto se acaba en poco tiempo.
1 comentario:
alomejor si les va y les viene
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