21 de diciembre de 2009

vamos a presuponer algo

Ahora, justo en este preciso momento, es tiempo de empezar a presuponer la bondad del universo.
Presupongamos los olvidos, las nuevas oportunidades, la fuerza de voluntad y las sonrisas desinteresadas.
Presupongamos que le quedan poco a estos días de frío (externo y sobre todo, interior) o que, al menos, tendré otras manos que me hagan entrar en calor. Presupongamos que, de repente, me dará igual hablarle a la nada de lo que siento. Dejaré de pensar que, si me lo callo, desaparecerá este estado de dependencia que crece en mi día tras día.
Si me lo callo, probablemente se acrecienten en mi misma las ganas de gritarlo. De gritar que yo, la de la apología a la independencia, estoy asustada. Asustada de depender de alguien, y que eso se escape a mi control. Asustada de mi misma, porque soy una experta destructora de drogas en el momento de máxima dependencia. Asustada de no cumplir mis dichosas teorías, diseñadas para alcanzar el autocontrol, y que éstas estén llenas de lagunas, tanto o más que mis noches autodestructivas.
Asustada, sí, pero ante todo segura. Segura de lo que tengo y lo que quiero tener. Y, por supuesto, segura de no querer mandarlo todo a la mierda.



1 comentario:

jorgegarde dijo...

Seguir la estela que un día te iluminó y esquivar todo lo que no te deje ver ese horizonte.

Que deleite, verte disfrutar de lo que eres.

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