


Creo que ando, me muevo. Creo que corro, vuelo, me desplazo cual cohete a la velocidad de la luz, y en realidad siempre es lo mismo, siempre las mismas baldosas, el mismo panorama.
No me sirve de nada fundir todas mis energías en este cíclico y monótono desplazamiento:
párate, cierra los ojos, respira.
Cambia el rumbo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario