dime universo, dime como hacer para que las cosas que más quiero no se vayan de mi lado.
desde pequeña me dijeron que "uno sólo conserva lo que no amarra", y siempre intenté dejar libertad de acción de los elementos a mi alrededor.
pero qué hacer si se van, se van de aquí, me dejan y me quedo un tanto sola.
yo vendí todos mis lazos en el preciso instante en que decidí jamás utilizarlos, y aún no me enseñaron a luchar contra la soledad.
supongo que se aprende en combate.
tengo un teclado y unas cuantas ideas, pero no se si me alcanzará siquiera para la primera batalla.
perdona si me abstraigo y caigo en una espiral de irrelevancia, pero este nudo al final de mi garganta no me deja pensar con claridad.
lo llevaré con dignidad, busaré templanza.
obligaré a estas pequeñas gotas saladas que golpean mis mejillas a volver al lugar de donde provienen.
daré estabilidad a estos dedos atormentados.
y me forzaré en no anticipar mis sentimientos del futuro.
qué remedio queda. quizá debí pensarlo antes. debí pensar que cuando quieres a alguien, le das alas para hacerte sufrir hasta límites inimaginables. pero también le das libertad para hacerte feliz. y ya no depende de ti, y te quitas un peso de encima, pues pierdes la lógica. y te da igual que sea un día de mierda o que tu vida se acabe mañana, porque tienes lo que quieres, y estás con quien quieres estar en cada momento.
ya sean miles de kilómetros de distancia, ya sean horas de ocupación. falta de comunicación. cambio de rutina. se alejan de mi.
puede que no ya, no todavía.
puede que aún tenga tiempo suficiente para un período de adaptación.
que aprenda a vivir con este nudo en la gargante y esta barbilla contraída, como si estuviera a punto de estallar un aguacero. puede que me acostumbre a la tristeza. que en ella encuentre la felicidad.
porque se me escapan de las manos los deseos para los que tantas velas soplé, por los que tantas veces brindé, con los que tantas veces bromeé.
aún los rozo con las yemas de los dedos, pero se me escurren poco a poco.
y es cuestión de tiempo que se larguen,
y cuando eso suceda,
yo ya no querré estar aquí para verlo, para ver mi destrucción.
3 comentarios:
es el bien que nunca acaba de posarse pero da sentido a el dichoso pecado original. que preciosidad de texto sureña.
qué buen texto, sí.
esto es lo que siento.
=)
Publicar un comentario