
Cuando volvió de su inesperado viaje, la caja de las oportunidades perdidas estaba abierta.
No quedaba ni una, ni una de esas tristes proposiciones que había rechazado y que más tarde acabaron rechazándola a ella . Más que feliz se sintió aliviada, aliviada porque el pasado, finalmente, dejaría de atormentarla.
No somos las oportunidades perdidas, somos aquellas que aceptamos, y como un ciclo energético, nos trasladan hacia el futuro, o , de momento, al presente.
http://www.youtube.com/watch?v=oCjpqx3cXs0
El coste de oportunidad es relativo, una elección NO puede ser errónea.
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